Mucho y variado se ha escrito en este tiempo sobre los efectos de la pandemia de COVID-19 en la salud mental de las personas. Y en este punto, el personal de salud es un gran grupo de riesgo.
Es que médicos, enfermeros, técnicos, personal de limpieza y demás integrantes del sistema de salud se ubican en lo que se llama “la primera línea” de asistencia del COVID-19.
Guerreros sin armadura ni espada frente al COVID-19
De golpe, un enemigo desconocido pasó a acechar la vida tal como la conocíamos y los hogares se volvieron el mejor refugio.
El paisaje de las ciudades se colmó de personas con la cara tapada y de varios países del mundo llegaron escenas de unidades de terapia intensiva atestadas de pacientes y médicos que -literalmente- debían elegir a quién conectar a un respirador y a quién dejar morir.
La población toda está inmersa en una sobreinformación que no colabora, si de mantener la calma se trata. Y en ese contexto, “el personal sanitario de asistencia del COVID-19 es el que está -en una proporción muy significativa- más afectado por el propio virus, y esto produce malestar, ansiedad, depresión y estrés”.
Para el médico psiquiatra Marcelo Cetkovich, “es sabido que algunas personas van a experimentar algunas formas traumáticas de estrés y esto tiene que ver con estar expuestos -aunque todavía no se vio tanto en Argentina- a tasas de mortalidad elevadas entre personas que, en condiciones normales, habrían podido atender”.
El director médico y del Departamento de Psiquiatría de Ineco dijo a Infobae que “los efectos de la pandemia se van a observar en dos tiempos probablemente: un tiempo inmediato durante la crisis de COVID-19, que es lo que se está observando ahora, y un efecto que se llama de ‘cuarta ola’ que son efectos tardíos o acumulativos”.
“Esto último tiene que ver con aquellas personas que por alguna razón (predisposición personal, la intensidad de la exposición a situaciones vinculadas a la pandemia o a la cuarentena), desarrollen síntomas de forma persistente -ahondó el especialista».
«La cuarta ola se refiere a la recuperación física de las personas que estuvieron afectadas -la rehabilitación respiratoria en muchos casos es compleja- y también su recuperación emocional y cognitiva”.