A las victimas mortales dejadas por el COVID-19, también se suman otras victimas pasivas, se trata de las empresas y trabajadores. Se calcula que cerca de 50.000 empleados han sido cesados de sus funciones.
Como efecto de la pademia, en Ecuador, durante estos 40 días de confinamiento ya se siente el colapso económico que, entre otras consecuencias, se traduce en el quiebre de empresas y desempleos.
La nación ecuatoriana ya presentaba una tasa de sub-empleo y desempleo del 24.6 por ciento en diciembre de 2019. El país tiene 17.5 millones de habitantes y cerca de 8.5 millones son económicamente activos, pero no todos producen ni perciben un salario formal.
Los miles de desempleado que está dejando el COVID-19, en Ecuador han salido de sus funciones laborales y están en casa sin salario, ni indemnización por despido.
El doctor Alfonso Becerra, especialista en Derecho Laboral en diálogo con la Voz de América explicó que el Código del Trabajo establece una forma de terminación de contrato «por casos fortuitos y fuerza mayor».
«Esta ha sido la figura que ha sido más utilizada en los últimos días por los empleadores aquí en el Ecuador», expresó el experto.
Admitió que esta «forma de terminación de la relación laboral (…) ha causado tanta controversia porque los trabajadores básicamente se van a sus casas sin pagos indemnizatorios, ni modificatorios y tan solo con pagos de derechos adquiridos».
Ecuador se sitúa como el segundo país con más casos de coronavirus en América Latina. La zona más afectada por la enfermedad se localiza en la provincia costera de Guayas y su capital, Guayaquil.
«Torcer un poco el brazo»
El doctor Becerra señala que hay opciones para no perder el empleo, lo que significaría sacrificio de lado y lado para “poder llegar a acuerdos que no signifiquen renuncia de derechos, dando a torcer un poco el brazo y poniendo el hombro junto con los empleadores para que puedan subsistir estas empresas”.
Varias empresas han reducido del 25 al 50% el salario de sus trabajadores y regulado las jornadas laborales para no cerrar los servicios.
Durante los 40 días de inactividad, el sector productivo ha perdido 10.000 millones de dólares, lo que ha llevado a las empresas a declararse en quiebra y despedir a la gente.
A partir de este lunes sectores como el de la construcción irán retomando actividades paso a paso, aplicando estrictos protocolos de distanciamiento social.
La «nueva normalidad» tomará algunos días más en 204 de 221 municipios del país, donde continúan las medidas de control, toque de queda, no circulación vehicular y se activan los servicios a domicilio.